Imagínate flotando en un espacio infinito donde sólo hay aire... no hay paredes, ni suelo, ni techo. Solo tú y el aire. Si hablaras en este espacio, sólo oirías la vibración de tus cuerdas vocales desde el interior de tu cuerpo.
Solo porque no hay reverb.
Pero, ¿qué es la reverb?
En términos generales, no es más que la interacción de un sonido con su entorno. Cualquier sonido produce una serie de ondas que mueven el aire, se reflejan en los objetos de su entorno, alterando las cualidades del sonido y alargando su duración durante un tiempo determinado, hasta que el aire deja de moverse y el sonido deja de percibirse.
Esta cualidad física del sonido nos ayuda a hacernos una idea del entorno en el que nos encontramos usando solo el oído. Todos hemos notado como la voz no suena igual en la cocina de casa que en el cuarto de baño, o en el sótano. Y esto es algo que no solo sucede en entornos artificiales. Entornos naturales como un bosque o una ciénaga también tiene su propio sonido característico.
No sabemos en que momento exacto empezaron a utilizarse las cualidades acústicas naturales de un entorno para reforzar el sonido, pero es fácil imaginar que nuestros antepasados pronto notarían la diferencia entre tocar al aire libre y hacerlo en el interior de una cueva. Desde entonces, el tratamiento de las características acústicas de auditorios y otros espacios dedicados a la música continúa desarrollándose para matizar y mejorar la manera en la que percibimos las ondas sonoras.
Del mismo modo, el desarrollo tecnológico de los últimos siglos ha traído consigo la creación de dispositivos que simulan la reverberación natural, primero como un elemento añadido a algunos instrumentos - como la reverb de muelles del Hammond organ - y, más adelante, como una herramienta independiente para la producción musical - la reverb de placas, las reverberaciones digitales o los plug-ins actuales.
Cortesía de archive.org
Sin embargo, si escuchas esta playlist de canciones grabadas entre 1920 y 1940 puede que notes que hay un tema que parece contradecir esta teoría. Escucharás que las primeras nueve canciones tienen el sonido característico de los medios de la época - sonido en mono y la ligera reverberación natural producida por el espacio en el que se realizó la grabación.
Pero el décimo tema suena distinto… En “At last” de Glenn Miller Orchestra - grabada en 1942 - la voz parece estar rodeada de una calidad especial que no se percibe en los temas anteriores, y que no tienen el resto de instrumentos de la misma grabación. A diferencia de lo que sucede con los temas anteriores, da la impresión de que el cantante y la banda parecen estar situados en espacios distintos. Da la impresión de que la voz ha sido grabada con una técnica similar a la de Bill Putnam, a pesar de haber sido producida cinco años antes.
Entones, ¿cuál fue la primera canción que utilizó reverberación artificial? Sea cual sea la respuesta, no cabe duda de que la creatividad de Bill Putnam en la producción de “Peg o’my heart” ¡está a años luz de la de cualquier otra producción de la época!
Si conoces alguna otra canción o tienes información adicional a este respecto ¡me encantaría escucharla!
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